CÁNCER DE PIEL… NO MELANOMA


Pero… ¿no es lo mismo?

No del todo; es decir, el melanoma es un tipo de cáncer de piel, sí, el más conocido (y temido), pero por fortuna, ni mucho menos el más frecuente. Podéis encontrar excelente información sobre el melanoma, su prevención y tratamiento en el blog del Dr. Pizarro.

Aquí hablaremos de los otros tipos de tumores cutáneos, los que en conjunto se denominan cáncer depiel no-melanoma”, y que incluyen principalmente dos tipos: el carcinoma (o epitelioma) basocelular y el carcinoma epidermoide (también llamado espinocelular o escamoso).

El primero es el tumor más frecuente en el ser humano, si bien la mayoría de los casos son diagnosticados y tratados a tiempo y el riesgo de metástasis es excepcional (¡menos del 0.1%!). Es más frecuente en personas a partir de los 60-70 años, que han estado expuestas al sol de manera crónica, o en personas con algunas enfermedades “raras” que predisponen a este tipo de tumores. El tratamiento de elección es la cirugía, lográndose la curación en la mayoría de los casos. Muchas veces se puede ver a simple vista, o con ayuda del dermatoscopio (la lupa más o menos sofisticada que llevamos a todas partes los dermatólogos), dónde empieza y termina el tumor, por lo que es fácil extirparlo sin dejar ningún resto tumoral (esto siempre nos lo tiene que confirmar el patólogo); otras veces, sin embargo, no se ve claramente dónde termina el tumor y dónde empieza la piel sana, por lo que es recomendable la extirpación quirúrgica con un tipo especial de cirugía denominado cirugía de Mohs.

El segundo tipo, el carcinoma epidermoide, aunque es menos frecuente que el basocelular, también está viendo aumentada su incidencia, y los factores de riesgo para su desarrollo son similares: exposición solar mantenida en el tiempo (aquí puedes consultar las pautas para una correcta fotoprotección), inmunosupresión, toma de determinados fármacos… A diferencia del basocelular, da metástasis con más frecuencia: en torno a un 3-5% se extenderá a los ganglios linfáticos, porcentaje que aumenta si se trata de un tumor de más de 2 cm, si está situado en labio o pabellón auricular, o si tiene determinadas características que nos dirá el patólogo. El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica, acompañada en ocasiones de radioterapia u otras terapias adyuvantes. En global, la tasa de mortalidad debido a este tumor es del 1%.

Existen otros tipos de cánceres de piel no-melanoma, como el angiosarcoma cutáneo o el carcinoma de células de Merckel que, aunque mucho más agresivos, por suerte también son mucho menos frecuentes.

Por lo tanto, ya sabemos que no todo el cáncer de piel es melanoma, y que, intervenidos a tiempo, la mayoría de los tumores cutáneos tienen buen pronóstico, por lo que lo más importante será su prevención (fotoprotección) y la realización de revisiones dermatológicas periódicas.


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