Melanoma maligno

Probablemente hayas oído algo sobre el melanoma, un tumor maligno, oscuro, pigmentado, que normalmente aparece en la piel. Pero ¿qué es exactamente?, ¿qué aspecto tiene?, ¿qué lo produce?, ¿qué puedes hacer para prevenirlo?

Para empezar destacaremos que la incidencia del melanoma está creciendo más rápidamente que la de cualquier otro tipo de cáncer, que puede ocurrir a cualquier edad y que es el cáncer más común entre adultos jóvenes. Aunque la mayoría de los casos afectan a la piel, existen algunas clases de melanoma que aparecen en otros lugares, como la conjuntiva ocular (envoltura de los ojos), la boca y el recto.

¿Qué es el melanoma de la piel?

 
El melanoma es el cáncer cutáneo más peligroso. Las células cancerosas surgen de los melanocitos (células que producen la melanina), que dan el color a la piel. Todos tenemos esas células para producir melanina, algunas de las cuales pueden cambiar, bien espontáneamente o bien cuando se dañan como consecuencia de la exposición solar. Con el tiempo, este daño puede derivar en un cáncer.

¿Qué causa el melanoma?La mayoría de los melanomas se originan por el daño solar. El principal riesgo para desarrollar melanoma probablemente provenga de las quemaduras solares. Las personas de piel clara o aquellos que tienden a quemarse fácilmente tienen más probabilidades de sufrir daños solares, así como de padecer un melanoma. Otros factores, como la tendencia genética, pueden también incrementar el riesgo.

¿Con qué síntomas se manifiesta?
Cualquier lesión pigmentada que experimenta un cambio en el tamaño, en la forma o en el color debería ser biopsiada. La regla del ABCDE para el diagnóstico precoz proporciona una manera fácil de familiarizarse con los signos tempranos del melanoma maligno.

Regla del ABCDE para su detección precoz
Asimetría. Busca lesiones que sean asimétricas, comparando un lado con otro. Si dibujas una línea que pase por el centro de la lesión, ¿parecen los dos lados diferentes?

Bordes. Mira los bordes de la lesión. ¿Son irregulares?

Color. Averigua si hay cambios en el color de la lesión. ¿Se está oscureciendo? ¿Está cambiando parte del lunar de color o contiene varios colores diferentes?

Diámetro. Observa el tamaño de la lesión. ¿Tiene más de 6 milímetros de diámetro?

Elevación. Busca signos de que la lesión esté creciendo. ¿Está aumentando en altura?

¿Cuál es su principal tratamiento?
El melanoma es a menudo curable si se detecta y se trata pronto.
El principal tratamiento del melanoma en estadio precoz es la cirugía.
Un melanoma poco profundo (melanoma "in situ") normalmente se trata con una extirpación local amplia de la lesión. En este procedimiento se extirpa también un área alrededor del melanoma.

Los melanomas de 1 milímetro o más de grosor se consideran algo más graves que los menos profundos, y pueden extenderse a los ganglios linfáticos cercanos. Aquí también se realiza una amplia escisión local, a menudo junto con una biopsia de un ganglio linfático para comprobar si está afectado.

Si el melanoma se extiende a los ganglios linfáticos, los pacientes pueden recibir tratamiento con interferón alfa, una molécula que estimula el sistema inmune del organismo. Si el melanoma se desarrolla más allá de los ganglios linfáticos, el tratamiento se realiza con quimioterapia, citoquinas estimuladoras del sistema inmune o una combinación de ambas.
La investigación clínica está actualmente en vías de evaluar otros métodos para tratar el melanoma, incluyendo vacunas y pequeñas moléculas que tienen como objetivo específico las vías de crecimiento del tumor.

¿Cómo se pueden prevenir futuros melanomas?
Como hemos visto anteriormente, la mayoría de los melanomas están causados por el daño solar.

La mejor forma de prevenirlos consiste en evitar una exposición prolongada al sol, principalmente en las horas de mayor incidencia de luz ultravioleta (de 12 a 17 hs); aplicarse una crema solar siempre que se esté al aire libre, con un factor de protección mínimo de 15; utilizar sombreros o gorras, y llevar camisas de manga larga.

Además tenemos que realizar autoexámenes regulares de nuestra piel, para identificar lunares sospechosos en un estadio muy precoz. Cualquier lunar sospechoso debería ser evaluado por un dermatólogo.

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